Templo de Diana [Évora]



El templo romano, incorrectamente dedicado a Diana, la diosa de la caza, templo está considerado como la estructura romana mejor preservada de la Península Ibérica, debiéndose dicha conservación milagrosa a que el templo fue incorporado a múltiples edificios desde la caída de los romanos.

Entre estos edificios se incluyeron el Castillo de Évora, un matadero y finalmente un modesto aserradero. Considerando la variada historia del templo de Diana, resulta bastante increíble que las 12 columnas corintias de piedra y los arquitrabes que las conectan sigan en pie y en buen estado.

A escasos metros del templo, se encuentran los jardines del Jardim de Diana, el Palacio da Inquisiçâo y el Museo de Évora, todos ellos a la sombra de la Catedral.

El templo original tenía pilares en tres de sus caras, como todavía hoy puede apreciarse parcialmente. También tenía una ancha entrada con escalones que se extendía a lo largo de todo el ancho de la cara sur. La importancia del templo en la ciudad romana de Évora se significó mediante su construcción en el punto más alto de la región (300m).

El templo fue originalmente construido en el siglo I, pero más tarde se convirtió en un templo dedicado al culto romano que veneraba al Emperador Augusto. La mayoría de los daños del templo se produjeron en el siglo V, probablemente debidos a los saqueos de las tribus centroeuropeas.

En el siglo XI se construyó el castillo de Évora alrededor del templo, con la base, las columnas y los arquitrabes del mismo incrustados en las paredes de la torre medieval.

Más adelante, la importancia de Évora disminuyó y el castillo se desmanteló poco a poco, siendo convertida la torre en una carnicería.

En 1836 el templo fue identificado y se emprendió un proyecto de restauración, que incluía la retirada de los ladrillos medievales y que finalizó en 1871 bajo la dirección de Giuseppe Cinatti, el escenógrafo que dio vida al Jardim Público y a sus Ruínas Fingidas.

Fuente: MyPortugalHoliday