La Pasión Pompeyana [De sprays y grafitis]







Los romanos tenían la costumbre de escribir y pintar en muros y columnas. Había de todo. Declaraciones de amor, insultos, soflamas políticas y caricaturas. Y aún las vemos en Pompeya y Herculano.

Con el paso de los siglos llegó el aerosol y los mensajes reivindicativos de los jóvenes negros a Nueva York.

Y llegaron los vagones de tren y de metro. Donde los hubiera, claro. Y los edificios abandonados. Y las ruinas mineras. Que aquí sí los hubo.


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