La industria comenzó a funcionar en mayo de 1967 destinada al envasado de tomates, bajo el nombre de COBASA, Conserva de Badajoz, S.A.
En ella llegaron a trabajar más de 180 personas, que se ampliaba según la temporada de recogida de tomate, hasta llegar a 400 empleados.
A mediados de los años 70 el sector tomatero entró en crisis por la falta de competitividad frente a otros países.
En agosto del 76 se produjeron graves revueltas y bloqueos de carreteras y caminos, por la llamada Guerra del Tomate. Más tarde cerró la factoría.
En mayo de 2001 volvió a abrirse, con la denominación de Agro Conserveros Extremeños, AGROEX, promovido por 60 agricultores de la comarca.
Desde hace unos años, y según cuentan, por motivos políticos, la fábrica languidece.
Quedan en pie las oficinas y las naves. Al parecer, la maquinaria se encuentra en las cercanías del aeropuerto, por donde Balboa.
Pero no conviene olvidar que al lado, a escasos metros en línea recta, y también junto al gran depósito, el arca de agua, anidan las cigüeñas.
Aunque antaño fue más casa de palomas. Es El Condado,
La presencia imponente de estructuras mecánicas de la antigua fábrica abandonada puede confundirte.
La torre de El Condado no es torre. Es un hermosísimo palomar al que aún hoy acuden los pichones para resguardarse de los rigores del calor de julio.
Pide permiso. Avisa de tu llegada. Diles que eres perito agrícola o topógrafo o cosmonauta. Lo importante es que puedas deshacerte de los perros y recorrer el perímetro amurallado, y descubrir, entre el tapiz blanco de los árboles frutales, una dulce extravagancia que es algo así como una réplica de la Puerta de Palmas de la vecina Badajoz.
Sólo por esa puerta, merece la pena venir a El Condado.
En ella llegaron a trabajar más de 180 personas, que se ampliaba según la temporada de recogida de tomate, hasta llegar a 400 empleados.
A mediados de los años 70 el sector tomatero entró en crisis por la falta de competitividad frente a otros países.
En agosto del 76 se produjeron graves revueltas y bloqueos de carreteras y caminos, por la llamada Guerra del Tomate. Más tarde cerró la factoría.
En mayo de 2001 volvió a abrirse, con la denominación de Agro Conserveros Extremeños, AGROEX, promovido por 60 agricultores de la comarca.
Desde hace unos años, y según cuentan, por motivos políticos, la fábrica languidece.
Quedan en pie las oficinas y las naves. Al parecer, la maquinaria se encuentra en las cercanías del aeropuerto, por donde Balboa.
Pero no conviene olvidar que al lado, a escasos metros en línea recta, y también junto al gran depósito, el arca de agua, anidan las cigüeñas.
Aunque antaño fue más casa de palomas. Es El Condado,
La presencia imponente de estructuras mecánicas de la antigua fábrica abandonada puede confundirte.
La torre de El Condado no es torre. Es un hermosísimo palomar al que aún hoy acuden los pichones para resguardarse de los rigores del calor de julio.
Pide permiso. Avisa de tu llegada. Diles que eres perito agrícola o topógrafo o cosmonauta. Lo importante es que puedas deshacerte de los perros y recorrer el perímetro amurallado, y descubrir, entre el tapiz blanco de los árboles frutales, una dulce extravagancia que es algo así como una réplica de la Puerta de Palmas de la vecina Badajoz.
Sólo por esa puerta, merece la pena venir a El Condado.
Fuente documental: Historia viva de Guadiana del Caudillo. Pedro Cordero Alvarado.