
Este magnífico puente está en el Oeste, en el Río Guadiana, en Montijo, y muy cerca de Lobón y la Autovía de Extremadura.
Y tenemos suerte. Porque de este puente ya escribió Emilio Arévalo en su blog imprescindible sobre Las Carreteras de Extremadura.
Y cuenta que era tanto el deseo y la necesidad de los habitantes de las Vegas Bajas, que le llamaban así, el Puente de los Suspiros. Y así se quedó. Esperemos que para la eternidad.
Una pequeña maravilla por el que pasamos a menudo y no nos damos cuenta de su grandiosidad.