No termines esta ruta sin el epílogo, en Fundâo, en la Casa do Castelo. Maravillo ejemplar del eclecticismo ese que tanto nos gusta.
Y es que cuando el viajero llega a Fundâo desde el sur, desde el camino de Castelo Branco, un castillo de sueños medievales le da la bienvenida.
El castillo ni es castillo ni es medieval. Es una dulce extravagancia de principios del XX, como las murallas de las Arguijuelas de Abajo, como el castillo de Ivanhoe de Las Seguras, ambos en las tierras de Cáceres, o como esas tres joyas del Anónimo Inglés que levantó Las Pollatas, La Zapatera o Cerro Verde. Puro Art Nouveau.