Al Risco de San Blas se llega desde Alburquerque. Dicen que en sus abrigos pintaron los hombres de antes de los hombres. Dicen también que más que pintar escribían, porque cuentan que sus pinturas son como letras, como un alfabeto de la memoria. Pictogramas los llaman.
Pero cuentan que junto a estas pinturas antiguas existen otros nombres de los bastardos. Los nombres donde se halla el amor. Porque aquí, siguen contando, tomaban descanso camino de la raya los señores del aceite y del café. Y entre sus piedras, si el viajero llega a la hora del atardecer, podrá ver escritos los recuerdos que se dejaron en la senda.
Pero cuentan que junto a estas pinturas antiguas existen otros nombres de los bastardos. Los nombres donde se halla el amor. Porque aquí, siguen contando, tomaban descanso camino de la raya los señores del aceite y del café. Y entre sus piedras, si el viajero llega a la hora del atardecer, podrá ver escritos los recuerdos que se dejaron en la senda.