¿Existe algo más conmovedor que ver amanecer en la Plaza Alta? Aunque sólo fuera por eso la Sala Aftasí tendría bien justificada su presencia en esta Casa. Escondida en el pequeño laberinto de callejuelas que conforman el Badajoz más misterioso, y al abrigo de su Plaza Alta, la Afasí se han convertido en una referencia de buen gusto y mimo por un proyecto que va más allá del beneficio comercial.
Con una programación estable donde se mezclan performances, sesiones de deejays, monologuistas y rockeros de nuevo cuño, la Sala Aftasí ofrece al viajero una buena dosis de perdición nocturna, con el aliciente de que cuando abandone sus paredes negras puede acercarse a la plaza de las casas colorás y, mientras despeja su cara, el sol irá trayendo la luz a los portales, y se irá presentando al otro lado de la muralla y sobre la torre de Espantaperros. Es el mismo sol que vio pasar por esas murallas ejércitos tras ejércitos.
Con una programación estable donde se mezclan performances, sesiones de deejays, monologuistas y rockeros de nuevo cuño, la Sala Aftasí ofrece al viajero una buena dosis de perdición nocturna, con el aliciente de que cuando abandone sus paredes negras puede acercarse a la plaza de las casas colorás y, mientras despeja su cara, el sol irá trayendo la luz a los portales, y se irá presentando al otro lado de la muralla y sobre la torre de Espantaperros. Es el mismo sol que vio pasar por esas murallas ejércitos tras ejércitos.